Cómo crear un Pitch Deck para tu startup

Es una verdad mundialmente conocida que una startup “aún sin compromiso”, poseedora de una gran idea, necesita un inversor. Bueno, vale, no es la cita original de Jane Austen; la hemos adaptado un poco a los tiempos que corren. Si tienes una startup, sabrás de sobra lo importante que es tener un apoyo financiero, ¿verdad? Pues para encontrarlo, lo mejor es un pitch deck.

¿Pero qué es un pitch deck? El principal objetivo de una presentación de este tipo es el de atraer inversores utilizando un mensaje fresco e inspirador. Tendrás que exponer tu visión y tu plan empresarial para convencerlos. La clave del éxito está en transmitir tus ideas con simplicidad. En otras palabras, la brevedad y la concisión son tus aliadas, ya que el tiempo durante el cual una persona presta atención es bastante limitado. Por lo tanto, ¡no aburras a tu público!

Para empezar, las primeras impresiones son las que importan. Si es buena, estarás invitando a que esas personas consideren tu propuesta. Puedes utilizar al comienzo de la presentación ciertos recursos que siempre atraen la atención, como una anécdota personal o un pequeño chiste. Intenta hacer una introducción que sea impactante y, por supuesto, prepárate para cualquier pregunta que te puedan hacer.

Una presentación que sea visualmente atractiva y, al mismo tiempo, simple y clara es siempre una garantía. Si además el diseño es profesional y va en consonancia con los valores de tu startup, mejor aún. Puedes probar a incluir ilustraciones, imágenes y otros tipos de recursos que estén relacionados con el ámbito de tu empresa (la música, la moda…).

Otra cuestión importante es la duración de la presentación. Como norma general, deberías incluir un máximo de 20 diapositivas. No querrás que el público se duerma tras haber visto montones de cosas sin mucha relevancia, ¿no?

Se suele decir que no hay que juzgar un libro por su portada. Totalmente cierto. La apariencia (o un conjunto de diapositivas que “entran por los ojos”) no lo es todo. Tienes que emocionar a tus posibles inversores. Háblales de los miembros de tu equipo y añade fotografías de ellos para que se den cuenta de que, sí, hay más personas en el proyecto. Si, además, logras que esas fotografías las haya tomado un fotógrafo profesional, ¡no habrá ningún pero que valga!

En consonancia con lo que hemos dicho anteriormente, te recomendamos que expliques de manera resumida cómo surgió tu startup. Es importante que destaques tus logros.  ¡Quieres que sepan que están delante de toda una persona con espíritu ganador!

Centrémonos ahora en los pitch decks. Hay unas secciones determinadas que deberían estar presentes en una presentación de este tipo. A saber:

1. Introducción, la empresa y el equipo: Es indispensable que presentes tu empresa y al equipo que la compone a tus posibles inversores. Menciona los puntos fuertes de los distintos miembros para que se vea que hay lo mejor de lo mejor.
2. Problema y solución: Los clientes tienen unas necesidades que solo tu producto puede satisfacer. Habla aquí de tu propuesta única de ventas, es decir, cómo tu startup va a solucionar los problemas de tus futuros clientes. Es una buena oportunidad para contar una breve historia que ejemplifique o contextualice. Para ello, hay ciertas técnicas de storytelling que podrían venirte muy bien.
3. Análisis FODA (o, por sus siglas en inglés, SWOT): Es un estudio en el que se enumeran las fortalezas, las oportunidades, las debilidades y las amenazas.
4. Comparación entre la competencia y tú: Si quieres que los inversores confíen en ti, tendrás que demostrarles que eres diferente a la competencia y que la mejor opción eres tú.
5. Avance y demostración del producto: Las diapositivas perfectas para que puedas incluir más información acerca del producto mediante vídeos, simulaciones, etcétera.
6. Tarifas o precios: Explica cuáles serán tus tarifas o qué precio tendrá tu producto y cómo se justifica en función del mercado.
7. Consolidación: Describe hasta dónde ha llegado tu empresa por el momento y demuestra que hay una clientela dispuesta a adquirir tu producto.
8. Estudio de caso: Presenta un caso relacionado con tu producto en un contexto real.
9. Reseñas: A la gente le encanta tu producto, ¿verdad? Demuéstralo incluyendo reseñas destacadas o los resultados de una encuesta en la que se refleje la opinión que tienen sobre ti.
10. Premios o galardones: Los verdaderos ganadores siempre serán los miembros de tu equipo, la empresa y, por supuesto, tú. Haz que los premios o galardones recibidos hablen por sí mismos.
11. Tamaño del mercado: Aquí tendrás que calcular el número de posibles compradores o clientes para poder afirmar con certeza que hay sitio en el mercado para tu producto y que, por lo tanto, los inversores recuperarán con creces su aportación.
12. Público objetivo: ¿A quién va dirigido el producto? Define a tu cliente potencial de los pies a la cabeza: edad, sexo, datos demográficos, poder adquisitivo, etcétera.
13. Modelo de negocio: Justifica la razón de ser de tu startup. Explica cómo funciona la empresa y cómo genera ingresos.
14. Timing y crecimiento previsto: Comenta cuáles son los siguientes pasos que dará la empresa y cuánto crecerá. Aporta datos que reflejen las previsiones y la evolución. ¿Dónde ves a tu empresa dentro de 5 o 10 años? De igual manera, puedes mostrar los hitos alcanzados y la “hoja de ruta” de tu startup.
15. Inversión: Evidentemente, en algún momento tendrás que hablar de la cantidad de dinero que necesitarás para el proyecto, en qué lo emplearás y cómo influirá en el crecimiento y el éxito de la empresa, así que déjalo todo claro y cristalino. Incluye datos sobre las ventas, los clientes, los beneficios y las recomendaciones de los expertos. Esta información hará que los inversores vean con buenos ojos depositar su confianza en tu startup.

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