Make & Remake: La cultura de las reversiones

Es innegable que ciertas creaciones artísticas han marcado al mundo e incluso a generaciones completas. Han alcanzado tal nivel de notoriedad que, años más tarde, muchas personas buscan recrearlas adaptándolas a la actualidad para aprovechar un poco de su éxito. Esa sería a grandes rasgos la cultura del remake.

Esta tendencia tiene tanto defensores como detractores, con ejemplos de grandes éxitos como fracasos. En este artículo, veremos algunos de los casos más interesantes del mundo del cine, en cuanto a estética e imagen.

Primera remake

En 1896, Loise Lumière creó Partie d’écarté (Juego de cartas), una de las primeras películas de la historia. En esta, se pueden ver a dos personas jugando a las cartas y una tercera persona leyendo un periódico en un patio. Luego, un camarero les trae vino para que brinden.

Poco tiempo más tarde, Georges Méliès, versionó la película bajo el nombre de Une partie de cartes(Una partida de cartas). Filmó esta reversión en su propio jardín. La película muestra a Méliès fumando mientras lee el peridódico, mientras dos personas juegan a las cartas. Luego, llama a una mujer, quien hace que otra les traiga vino, para finalmente leerles una historia del periódico que hace que los demás hombres rían.

Este tal vez sea el primer  remake de la historia. Cabe destacar que durante los primeros años de la cinematografía, era muy común versionar las filmaciones, en parte, por la novedad de la tecnología. La gente estaba interesada en el solo hecho de grabar algo, más que en la historia que se contaba, por eso lo simple de los relatos.

Hoy en día, es cada vez más común escuchar que se lanzará una película remake de un viejo éxito. Algunos de los casos más especiales, según nuestro criterio, son:

Scarface (1932/1983)

Remake: Scarface

“Say hello to my little friend…”

Esta es probablemente una de las frases más icónicas del cine, pero lo que no mucha gente sabe, es que este blockbuster es en sí un remake de un clásico de la década de 1930.

A nivel estético, la tecnología de la época ayuda a separar enormemente a los dos títulos. La primera está filmada en blanco y negro. Esto hizo que para ciertas tomas, se utilice mucho el recurso de sugerir situaciones con sombras proyectadas sobre fondos (también hay que aclarar que debido a ciertas normas de aquellos años, no se podían mostrar escenas demasiado explícitas). Otro punto a destacar de la versión de 1932 de Scarface, es que, más allá del blanco y negro, la película presenta una ambientación mayoritariamente oscura, en parte para darle más dramatismo a un thriller policial violento. En cuanto a los encuadres, algo que debemos mencionar es que se utilizaban principalmente planos medios y generales para las tomas. El uso de los planos cortos a los rostros también se utilizaban principalmente con el objetivo de enfatizar las emociones de los personajes.

Viajando al futuro, sobre el remake  es interesante ver ciertos cambios a nivel estético, más allá de la trama.

Por un lado, la aparición del color le permitió al director mostrar escenas más crudas, más allá de necesitar recursos especiales para dar a entenderlas. Estas son más explícitas. Además, gracias al estilo de cámaras que se utilizaban, le permitieron al director hacer ciertas tomas que antes no se podían. Por ejemplo, grabar cámara en mano. Así, podía acompañar a los personajes creando un movimiento de cámara que hiciese que el espectador camine con ellos, tal y como se ve en esta escena (0:30):

Otro tema interesante del cual hablar, es la cuestión de vestuario y ambientación. La primera transcurre durante los años 20. Los elementos que más destacan son todos relacionados al bajo mundo gangster, desde los trajes, hasta los coches y armas como la “Tommy Gun”. Por otro lado, el remake presenta mucha influencia de la cultura cubana de la década de los 80. Los trajes presentan colores muy saturados y coloridos. En cuanto a los escenarios también podemos ver esta saturación de color, sin embargo, el brillo de las imágenes está más apagado. Solamente se resaltan los dorados en ciertas escenas para dar la sensación de lujo.

En líneas generales, otra de las características del remake, es que al transcurrir en Miami, hay mucha presencia de la cultura de esa época en prácticamente todas las escenas.

Algo que también debemos mencionar, más allá de que no está relacionado a la grabación, dos puntos muy distintos entre original y remake se pueden ver en los posters de ambas. Las elecciones tipográficas son totalmente distintas. En la original la fuente es sans-serif, con movimiento entre cada carácter, además, es una tipografía muy gruesa. El remake busca dar una sensación de sofisticación, más elegante, con una tipografía más clásica.

Willy Wonka & The Chocolate Factory (1971)
Charlie & The Chocolate Factory (2005)

Remake: Willy

Dos películas sorprendentes en cuanto al uso del color, eso es innegable. A pesar de que más de 30 años separan a una de la otra, ambas han dejado una huella imborrable.

*Incluso la versión del 1971 ha impactado en nuestra generación por algo más que una trama. ¿Esta imagen no les resulta conocida?

En cuanto a la versión original, si bien ambas películas rebosan de color, esta tiene una tonalidad mucho más cálida. Además, gracias a la iluminación, todos los elementos tienen un brillo especial que te hace pensar en caramelos.

Este punto, el de la iluminación, también es interesante sobre todo en escenas puntuales. Como por ejemplo esta:

Lo interesante de esto, es ver cómo todo se realizó de manera analógica (sin ayuda de ordenadores/tecnología). Esto le aportó a la película una sensación especial.

Como se puede ver en la anterior escena, otro de los puntos interesantes es ver cómo se utilizó el recurso de la superposición de imágenes con transparencias. Hoy en día es muy simple crear este efecto, pero hay que recordar  que antes todo debía ser analógico. Esto nos hace valorar lo “artesanal” de la cinematografía en las décadas pasadas.

En cuanto al remake, si bien ciertos aspectos buscan mantenerse, es imposible dejar de apreciar el estilo de Tim Burton, uno de los directores más especiales en cuanto a los mundos extraños que desarrolla (si quieres conocer otros grandes directores, te recomendamos este artículo).

En cuanto al color, esta versión es mucho más fría que la anterior. De hecho, el juego entre estos colores y las sombras generan un ambiente interesante y lúgubre por momentos. También vemos en cuanto al diseño de personajes, mucho más brillo en los vestuarios. Algo que se destaca al comparar a los Oompa Loompas de ambas.

Así como dijimos que en la versión de 1971 los escenarios y los efectos de luces fueron creados manualmente, en el remake el uso del CGI le permitió a Tim Burton crear espacios increíbles. Esto se puede apreciar por ejemplo las coreografías de los Oompa Loompas como esta:

Ghostbusters (1984 / 2016)

Remake: Ghostbusters

Ok, si bien dijimos que no íbamos a tener en cuenta la trama y las actuaciones para el análisis de las películas, tenemos que aclarar que el remake de este clásico de los 80 justifica por qué tanta gente está en contra de esta tendencia.

Dejando ese tema de lado, la nueva versión creada por Paul Feig tiene algunos puntos a favor para cualquier fanático de la antigua trilogía. En este remake podemos ver una imagen en líneas generales más “fresca” y renovada, intentó recuperar el espíritu de las originales con el diseño de los trajes, coche e incluso armas, y bueno, Moquete (o Pegajoso, dependiendo de dónde viváis).

Analizando en detalle la estética de ambas, la primera tiene un color más desaturado sobre todo en las tomas al aire libre. Sin embargo, las tomas en espacios cerrados fueron más oscuras y los brillos jugaron un papel importante sobre todo en los rayos de las armas y las apariciones de los fantasmas.

En cuanto a los efectos especiales, las transparencias fueron fundamentales. A diferencia de otras películas más antiguas; lo llamativo fue ver cómo los cineastas hicieron que estas “interactúasen” en las escenas. Como puede verse aquí, donde el fantasma está comiendo y lanzando los platos.

Algo que debemos rescatar de los clásicos también, al igual que en el caso de Willy Wonka & The Chocolate Factory, es lo analógico de los efectos especiales. Aunque en esta época ya se podía apreciar cierta influencia y retoque gracias a los ordenadores; gran parte de estos efectos fueron realizados manualmente, como podemos apreciar en esta escena icónica:

En cuanto a la versión de 2016, hay ciertos puntos que destacar. Por ejemplo, el uso de la corrección y postproducción de color.

En esta escena, por ejemplo, podemos ver cómo se utiliza el retoque para destacar una paleta de colores brillantes. Cada espectro tiene una tonalidad diferente que contrasta de una manera espectacular con los fondos oscuros y con los demás brillos de los rayos.

Otro punto a resaltar de la película es el nivel del CGI a lo largo de toda la película. Un ejemplo de esto se puede ver en los fondos y en el monstruo gigante de esta escena:

Como ya dijimos, dentro del séptimo arte hay infinidad de remakes. Estos son solo algunos de los que hemos seleccionado por la diferencia gráfica entre original y remake. Cada una aporta algo especial.

Sabemos que el mundo de los remakes es gigante, una tendencia que se expande en diversas áreas. Por eso hablaremos de ellos en próximos artículos.

¿Conoces otro ejemplo especial del cuál deberíamos hablar? Cuéntanos en los comentarios.