La luz natural: cómo usarla para conseguir fotos mejores

Guarda los flashes y todo el instrumental de iluminación. Hoy vamos a alejarnos un poco de la tecnología y vamos a mirar a las estrellas en busca de la perfección fotográfica. En este artículo fascinante, desglosaremos los aspectos fundamentales del uso de la luz natural en proyectos fotográficos. Absorberemos y reflejaremos su poder para transformar el enfoque que le das a la fotografía, nunca mejor dicho. Sin más preámbulos, sumerjámonos en el mundo de los fotones y dejemos que su luz «ilumine» un abanico de posibilidades nuevas.

Emplear la luz natural para obtener imágenes es algo que se lleva haciendo durante siglos con instrumentos como, por ejemplo, la cámara oscura, un dispositivo que contiene un orificio pequeño por el que entraba luz del exterior y proyectaba una imagen sobre la pared opuesta dentro de la cámara. Esto supuso poder capturar el mundo exterior en directo. Desde esta invención de pura genialidad, la humanidad ha ido desvelando los secretos divinos de la luz y todo su potencial hasta el punto de tener la capacidad de detener el tiempo y almacenarlo en un objeto más pequeño que la palma de la mano.

Está claro que la luz es esencial para la fotografía. De hecho, se podría decir que la fotografía es como pintar un cuadro, pero usando luz en vez de pintura. Una vez que empieces a enfocarlo de esta manera, descubrirás que la iluminación es más interesante de lo que parece. Cuanto más empeño pongas en la iluminación, mayor será la recompensa.

¿Qué es la luz natural?

La luz natural es lo opuesto a la luz artificial. Es una fuente de luz que procede de la naturaleza, como la del propio sol o la de otras fuentes de luz ambiental que se encuentran en el entorno. Dado que gran parte de la luz natural procede del sol, la mayoría de las otras fuentes naturales, como la luna, reflejan, refractan o desvían la trayectoria de los fotones formados en nuestra estrella colosal. El fuego es otra fuente de luz natural. Sin embargo, si se produce con intervención del ser humano, sería luz artificial. Echa un vistazo a esta colección de fotografías con luz natural para que tengas una mejor perspectiva.

La luz artificial, por otra parte, es toda aquella fuente de luz creada por el ser humano, desde hogueras y antorchas hasta accesorios de flash y equipos de iluminación de estudio. Desde la llegada de la fotografía, siempre hemos tratado de aprovechar el poder del sol de manera que aquellas personas aspirantes a fotógrafas pudieran seguir con sus proyectos ambiciosos durante toda la noche sin tener que depender de fuentes de luz natural.

Características de la luz natural

El sol, nuestra majestuosa fuente de luz, está lleno de carácter. Desde el amanecer hasta el atardecer, nos despierta con sus rayos dorados que se abren paso cada día. Con el paso de las horas, la luz del sol va cambiando ligeramente a medida que va desplazándose por el firmamento y nos proporciona oportunidades de las que fotógrafos y fotógrafas pueden beneficiarse. Y es que el tiempo influye y mucho. Las nubes densas o la niebla pueden atenuar la luz que nos llega, lo que sirve de filtro natural.

Según el lugar del planeta en el que te encuentres, el momento en el que el sol esté en el punto más alto del firmamento será distinto. Y ese es el momento en el cual puedes sacar el máximo partido a tu cámara. ¿Por qué? Porque cuanta más luz haya, más detalles podrás captar. Hacia el final del día, el ambiente pasa de unas condiciones de luz brillantes y enérgicas a un ambiente más íntimo a medida que el sol va poniéndose. Ahí encontrarás una gama resplandeciente de naranjas, rojos y púrpuras debido a la refracción de la luz a través de nuestra espesa atmósfera. Esta despedida del sol tan poética es un momento estimulante para cualquier aspirante a la fotografía que arda en deseos de crear una imagen vívida usando el poder de la luz natural.

Echemos un vistazo a algunas características especiales que nos proporciona la luz natural:

Dirección: la luz natural cambia de dirección a lo largo del día, y eso influye en las sombras en las sombras y los puntos iluminados de cualquier escena. El ángulo del sol importa a la hora de crear el ambiente y de enfatizar los distintos elementos presentes dentro de una composición.

Temperatura del color: el color de la luz natural cambia en función de la hora del día. Durante el amanecer y el atardecer, los tonos cálidos dan una sensación más suave, mientras que la luz del mediodía tiende a ser más fría y neutra.

Intensidad: la intensidad de la luz natural puede ir desde suave y difusa, típica en días nublados, a directa, sobre todo bajo un sol radiante. Comprender cómo influye la intensidad de la luz es esencial para saber controlar el contraste y lograr el aspecto deseado en una fotografía.

Suavidad o dureza: la nubosidad puede difuminar la luz solar, lo que da como resultado una iluminación más suave y uniforme, con sombras también suaves. En contraste, la luz solar directa produce sombras más marcadas y puntos iluminados más definidos, lo que da lugar a un efecto visual diferente.

Duración: la duración de la luz natural, sobre todo durante la «hora dorada» (poco después del amanecer o antes del atardecer), te da la oportunidad de captar una luz cálida y favorecedora que mejora la estética general de la imagen.

Cambios dinámicos: la luz natural es dinámica y cambia constantemente. Esto permite experimentar con distintas condiciones de iluminación. Gracias a ello, puede haber una mayor adaptación creativa y una variedad de efectos en una misma sesión fotográfica.

Entender y aprovechar las características de la luz natural permite que podamos manipular esos elementos para evocar sensaciones específicas, resaltar texturas y crear fotografías estupendas con luz natural. Esta versatilidad hace que la luz natural sea tan esencial e importante en el ámbito de la fotografía.

Tipos de luz natural

Podemos encontrarnos varios tipos de luz natural, cada uno con distintas características y cualidades que influyen en el ambiente y el aspecto de las fotografías. Aquí te contamos algunos ejemplos de los tipos más comunes de luz natural:

Luz solar directa: cuando el sol no se encuentra con ningún obstáculo y sus rayos inciden directamente sobre el objeto o la persona, se produce una iluminación brillante e intensa. Dicha iluminación puede crear sombras marcadas y un contraste alto, sobre todo durante el mediodía. La luz solar directa es ideal para destacar texturas y crear efectos dramáticos.

Luz difusa: la luz difusa se produce cuando los rayos del sol se dispersan, normalmente debido a la nubosidad, la niebla u otras condiciones atmosféricas. El resultado es una iluminación más suave y uniforme, con menos sombras y contraste. La luz difusa viene bien para los retratos y minimiza las luces y las sombras duras.

Contraluz: se produce cuando la fuente de luz principal está detrás del objeto o la persona a la que se desea fotografiar, lo que forma un halo de luz por los bordes. Este efecto puede añadir una sensación de profundidad, crear siluetas o producir, precisamente, un efecto de halo. El contraluz se suele utilizar durante el amanecer o el atardecer.

La hora dorada: también conocida como hora mágica, tiene lugar poco después del amanecer y antes del atardecer. Proporciona una iluminación cálida. El ángulo bajo del sol durante esas horas crea una luz suave y direccional, además de sombras alargadas. Se considera uno de los tipos más favorables de luz natural para la fotografía.

La hora azul: tiene lugar antes del amanecer y después del atardecer, cuando el cielo adopta un tono azul profundo. Aunque la luz es más suave que aquella en condiciones de luz directa, tiene un tono frío que sirve para crear atmósferas más serenas. La hora azul es excelente para inmortalizar paisajes naturales y urbanos.

Luz de nubosidad: las nubes pueden hacer las veces de filtro natural y pueden dar lugar a condiciones más suaves y uniformes de iluminación. Este tipo de luz reduce las sombras duras, por lo que es adecuada para varias temáticas, entre las que destacamos los retratos y la macrofotografía. Los colores pueden parecer más saturados en condiciones de cielo nublado.

Luz moteada: este tipo de luz se produce cuando la luz solar se filtra a través de objetos como las hojas o las ramas de los árboles, y esto produce un patrón de luces y sombras sobre el suelo o sobre la persona a la que se va a fotografiar. Aunque aporta un elemento dinámico a las imágenes, hay que tener cuidado con una posible iluminación irregular.

Al entender estos tipos de luz natural y su funcionamiento, esto te permitirá adaptarte a las distintas condiciones y conseguir mejores resultados en diversos entornos.

Cómo usar la luz natural en distintos tipos de fotografía

La fotografía con luz natural moldea significativamente la estética y el aspecto de todo tipo de proyectos fotográficos. En la industria de la moda, el brillo cálido de la hora dorada acentúa los colores y agrega una pizca de elegancia, mientras que la luz solar directa crea sombras dinámicas con las que conseguir un efecto dramático.

La fotografía para bodas se beneficia de ese ambiente romántico que proporciona la hora dorada y de esa suavidad típica de la luz difusa. Funciona muy bien para retratar momentos íntimos y hacer fotos de grupo.

Para los retratos artísticos, la luz natural se convierte en una herramienta crucial para transmitir emociones. Sus diferentes cualidades influyen en lo que se quiere representar.

En cuanto a la fotografía para viajes, los tonos mágicos de la hora dorada y la hora azul vienen muy bien, pues se pueden crear atmósferas cautivadoras y resaltar texturas gracias a las sombras dinámicas. Los matices de la luz natural son indispensables si quieres crear imágenes visualmente atractivas en varios tipos de ámbitos.

Hay formas estupendas de aprovechar el poder de la luz natural para conseguir una variedad de configuraciones fotográficas diferentes que no solamente impliquen el uso directo de la luz solar. ¿Sabías que puedes desviar y reflejar la luz natural de diversas maneras? Este método de iluminación puede tener resultados impresionantes en aquellas fotos que hagas con luz natural, lo que podría diferenciarte de otras personas. Además, emplear técnicas como la regla de los tercios enriquecerá aún más tu estilo fotográfico.

Ajustes de la cámara

Comprender algunos ajustes sencillos de la cámara puede ayudarte a aprovecharla al máximo en condiciones de luz natural. Los resultados serán mejores casi al instante y, por qué no decirlo, te entenderás mejor con la cámara.

ISO: en condiciones de mucha luz, como en un día soleado de verano, elige un valor bajo de ISO para mejorar la calidad de la imagen y reducir la cantidad de ruido. Por otro lado, en condiciones de luz insuficiente, como en una puesta de sol, deberías elegir un valor más alto. Si te preocupa perder calidad, puedes contrarrestarlo ajustando también la velocidad de obturación.

Velocidad de obturación: esto determina durante cuánto tiempo la cámara deja pasar la luz. En pleno día, una velocidad de obturación menor reduce la sobreexposición y previene el desenfoque de movimiento, lo cual es ideal para la fotografía destinada al deporte, que requiere de imágenes que capturan momentos impactantes. En cambio, una velocidad de obturación mayor te permite tomar imágenes nocturnas mediante la técnica de la cámara rápida, con esas llamativas estelas de luz artificial.

Apertura: para dominar la profundidad de campo y tener un mayor control de la exposición, tendrás que entender los ajustes de apertura. Se conoce como apertura el diámetro del obturador por el cual la luz entra en el objetivo de la cámara. Cuanto mayor sea el valor, menor será la apertura, es decir, entrará menos luz en la cámara y tendrás una mayor profundidad de campo.

¿Quieres más información? Echa un vistazo a este artículo fascinante sobre técnicas actuales de fotografía que ampliarán los límites de tus proyectos creativos.

Uso de reflectores de luz

Quizás te hayas topado alguna vez con una sesión fotográfica en exteriores y te hayas preguntado por qué hay una persona a la pata coja sosteniendo un armatoste enorme que parece un sombrero cubierto de papel de aluminio. Pues eso es un reflector de luz.

Este método de iluminación permite que se pueda tener el control de las escenas fotográficas, redirigiendo la luz natural para iluminar a la persona fotografiada. Si el sol está en todo lo alto del cielo, puedes usar el reflector para hacer que la luz apunte hacia arriba y conseguir una sombra recta justo detrás de la persona. De hecho, esta técnica también sirve en interiores. Con las condiciones de iluminación adecuadas, puedes redirigir la luz que entra por una ventana y hacer que rebote contra el techo para así iluminar todo el lugar. Genial, ¿verdad?

Uso de difusores

Se fabrican normalmente con materiales translúcidos como tela o plástico. Los difusores se colocan estratégicamente entre la fuente de luz y el objeto o la persona a la que se quiere fotografiar para dispersar y atenuar la luz natural, lo que produce un efecto suave y favorecedor. Se utilizan a menudo para minimizar el contraste y crear puntos de iluminación suaves, por lo que resultan esenciales en fotografía destinada a retratos, pues dan un aspecto más natural. También son imprescindibles en macrofotografía y en fotografía de productos, pues permiten un control preciso sobre la luz natural para mejorar los detalles y los reflejos. Los difusores desempeñan un papel fundamental para quienes quieran dominar los matices de la luz natural.

En definitiva, la luz natural es un elemento esencial que hay que dominar en fotografía. Cuanto más la entiendas, más te recompensará con una calidad de imagen excepcional y profunda. Es como ofrecer una sorpresa poética al público. Una vez dominada, ¿qué te parecería compartir tus nuevos superpoderes en las redes sociales, participar en un concurso de fotografía o incluso montar tu propio negocio relacionado con la fotografía? ¡No dejes de sacar fotos!